A menudo en las sesiones tengo alumnas y alumnos insatisfechos con sus relaciones.

Pero a pesar de ello, les resulta muy difícil dejar la relación.

Conforme más aprendo, más creo que en las relaciones siempre hay dos energías en disputa. El amor, que está relacionado con la honestidad; y el miedo, que se relaciona con la ocultación.

Muchas personas pueden permanecer años en una relación… no por amor, sino por miedo.

A priori cuesta distinguir. Pero una relación mantenida por amor o mantenida por miedo encuentra diferencias como las siguientes:

Desde un lugar se siente alegría. Desde el otro tristeza.

Desde un lugar se siente paz. Desde el otro inseguridad.

Desde un lugar sientes generosidad. Desde el otro amenaza.

Desde un lugar te sientes plen@. Desde el otro insuficiente.

Desde un lugar compartes tu vida con él/ella. Desde el otro crees que sin él/ella no tienes vida que compartir.

Desde un lugar aprecias. Desde el otro haces estrategias.

Desde un lugar celebras. Desde el otro escondes.

Desde un lugar respetas. Desde el otro engañas.

Desde un lugar potencias. Desde el otro limitas.

Desde un lugar sois un equipo. Desde el otro alguien a quien vencer.

Desde un lugar la intimidad se regala. Desde el otro se invade.

Desde un lugar aceptas lo que no puedes controlar. Desde el otro quieres asegurar lo que no depende de ti.

Desde un lugar prefieres su felicidad a su presencia. Desde el otro su presencia a su felicidad.

Desde un lugar amas. Desde el otro, temes.