No la hubiese perdido de haber…

Hoy me gustaría contarte una enseñanza interesante, que puede servirte en tus relaciones.

Me contaba una alumna -llamémosla Inés- que había estado empezando a quedar con un chico -llamémoslo Pablo-.

Inés y Pablo tuvieron algunas citas, hacían deporte juntos, estaban a gusto, el sexo funcionaba estupendamente…

Pero no llevaban un mes haciendo esos planes, cuando reapareció Carlos.

Carlos era el chico con el que Inés había tenido un año de relación. Inés había estado enamorada de él, habían compartido un año muy intenso… pero lo habían dejado tras unas cuantas discusiones porque Carlos no mostraba la suficiente intención de ir “en serio” con Inés.

Carlos apareció muy decidido pidiendo otra oportunidad. Expresando que se había equivocado, y que ahora lo tenía claro. Quería que lo intentasen de nuevo.

Inés no sabía qué hacer. Y yo no estoy aquí para juzgarla. Todos podemos teorizar sobre lo que se debe de hacer… pero a la hora de la verdad cada historia es única.

Si viviésemos varias vidas… podríamos tomar mejores decisiones. Pero sólo tenemos una, y cuesta decidir porque realmente no sabemos a dónde nos llevarán las puertas que abrimos… ni las que dejamos de abrir.

Inés hizo algo que considero positivo. Fue honesta consigo misma, y fue honesta con Pablo.

La verdad es que ella quería dar una segunda oportunidad. Quería asegurarse de que si la historia con Carlos no tenía que ser, que no fuese por no haberle dado esa oportunidad que él pedía. Al fin y al cabo, durante ese año… hubo momentos muy felices en los que se imaginó muchos años junto a él.

Aunque fue difícil abrirse, se lo contó a Pablo. Por respeto hacia él.

¿Qué hizo Pablo? Se enfadó muchísimo. Empezó a actuar de un modo muy resentido y por momentos incongruente. Enfadarse con ella, luego tratar de convencerla, luego bloquearla, luego desbloquearla y pedirle perdón, luego bloquearla de nuevo…

Comprendo la reacción de Pablo. Pero lo que es indiscutible es que no generó ninguna emoción positiva en Inés, sino todo lo contrario.

¿Qué pasó con Inés y Carlos?

Al cabo de mes y medio, Inés le dejó. Ya definitivamente.

“Me di cuenta que si lo habíamos dejado, por algo era. Y me alegré de esta vez poder hacerlo completamente segura” -me dijo-.

Y entonces, le pregunté:

–    Si Pablo hubiese reaccionado mejor cuando le confesaste que le ibas a dar otra oportunidad a Carlos… ¿hubieses tratado de volver con Pablo?



–    Absolutamente. Si a mí Pablo me encantaba. Aunque con Carlos tenía mucha historia juntos y quise dar una oportunidad… Sexualmente y en varias cosas me estaba atrayendo más Pablo… pero claro, después de esa reacción me pareció muy poco atractivo. Vi un lado de él que me pareció inmaduro y sé que no es lo que quiero.



Ahí está lo interesante para quien nos apasiona esto del amor y las relaciones, #NOMBRE#.

La vida es larga. E impredecible. Como reaccionamos a lo que creemos que es el final… influye mucho en que sea o no el verdadero final.

No entro a juzgar si Pablo hizo bien o mal. Que igual reaccionar con todo su enfado y echándole cosas en cara… en súper justo. Pero lo que no es, es atractivo.

Reaccionar con verdadera empatía, amabilidad y respeto es siempre más atractivo que reaccionar con desprecio y enfado. Y de haber actuado así, Inés y Pablo estarían juntos.

Quizá Pablo entonces podría haberse puesto digno y pensar: “yo igualmente no querría volver a tener nada con Inés porque no soy el segundo plato de nadie”.

O quizá podría pensar: “pues me alegra haber respetado su decisión, me gusta cómo actué, la verdad es que ella me gusta y prefiero que si tenemos algo, sea con la seguridad de que ella ha cerrado lo que sintiese que tuviese que cerrar”.

El primer razonamiento actúa con cierto sentido de la justicia.

El segundo razonamiento transmite más positividad y resulta más atractivo.

En ambos casos Pablo conservaría el poder de decidir gracias a haber actuado de un modo atractivo en su momento.

El dilema entre la justicia y la seducción es muy habitual. ¿Qué es mejor?

Creo que mejor es lo que siendo honesto/a contigo mismo/a, te acerque a donde quieres llegar, haga que a largo plazo te gustes más, y te haga sentir mejor.

No, no es fácil identificar de forma cartesiana saber qué es mejor. Cuantas veces lo que impulsivamente nos parece mejor, nos perjudica a medio plazo y nos arrepentimos.

Pero lo que quiero dejarte claro es una norma dura pero muy real que me han enseñado más de ocho años enseñando seducción: actuar con justicia no nos hace más atractivos -lo cual no significa que siempre tengamos que actuar siendo atractivos-.

Primero porque “qué es justo” es muy discutible.

Pero sobretodo porque no gustamos por nuestro esfuerzo ni por lo justo que es que le gustemos a nadie. No nos atrae “quien más se lo merece”. Lo siento. De ser así, para gustar a alguien lo único necesario sería esforzarnos mucho, como en unas olimpiadas.

Los caminos de la atracción son mucho más complejos. Como un arte. Dónde influye nuestra confianza, nuestra competencia, las oportunidades creadas y aprovechadas… así como factores que escapan a nuestro control.

¿Mi opinión personal? Yo sólo me enfadaría si la persona “me engaña” o me trata de un modo que no me merezco.

Podría sentir tristeza o decepción, pero no enfado. Porque no elegimos quién nos atrae. O quién nos deja de atraer. No puedo culpar a alguien que actúa de acuerdo a algo que no ha escogido. Eres inocente de que te atraiga quien sea.

Lo que sí se escogen son las formas: si la comunicación es honesta, si la persona se explica, es empática, se disculpa, etc. Y por lo que supe, Inés cuidó las formas.

Esto resume lo que pienso al respecto de las formas:

No le debes explicaciones a nadie. Mucho menos le debes emociones a nadie.
Pero cuanto mejor te expliques, desde tus mejores emociones, mejores relaciones creas y menos daño provocas.

Dicho esto, si Pablo hubiese sido mi alumno, le hubiese orientado a reflexionar si en este caso, en realidad, se gusta más actuando de una forma atractiva, en lugar de actuar cómo actuó.

Si tú quieres tomar cartas en tu vida emocional, y tener mayor dominio y conocimiento cuando te gusta alguien… No puedo dejar de recomendarte mi mejor curso.

Aprenderás teoría y práctica, a través de videos y multitud de material que jamás podrás encontrar en ningún otro lugar.

Lo que tengo que enseñarte, es mejor que lo aprendas ahora que dentro de cinco años.
https://javiersantoro.seduccionyrelaciones.com/personalidad-seductora-programa

Y te digo más… si has leído todo el correo, y me respondes con tu opinión al respecto… quizá seas uno de los que obtenga uno de los 3 bonos del 20% de descuento que ofrezco al mes.

Soy Javier Santoro, sociólogo, sexólogo y máster en Salud de la Pareja.

Dirijo este proyecto e imparto clases de Máster.

Y mi abuela nunca entendió bien a qué me dedico.

Pero llevo más de 10 años ayudando de forma práctica a personas como tú a mejorar en Seducción -Con S mayúscula-.

Seducción entendida como “el arte de conseguir y cuidar relaciones satisfactorias”. Porque está demostrado que la satisfacción con nuestras relaciones es el mayor predictor de una vida feliz y sana.

Si crees que puedo ayudarte a tener la vida social, sexual y afectiva que te mereces, estoy a un click de distancia.

Javier Santoro

Sociólogo especializado en seducción y relaciones interpersonales.

Sígueme

Conecta conmigo

Ver mis vídeos

Tik Toks

¿Cómo conseguir las relaciones que deseo?

15 preguntas resueltas

Suscríbete y recibe GRATIS la guía